Desde al primer momento La seguridad de las vacunas ha sido siempre una prioridad, En ensayos clínicos hasta el momento, se ha demostrado que las vacunas son seguras y muy eficaces. Ninguna de las vacunas está hecha del virus COVID-19 en sí, sino de un código genético que indica el desarrollo de una proteína que induce al sistema inmunitario a combatir el virus. Es normal experimentar efectos secundarios leves; estos son el resultado de la respuesta del organismo a la vacuna. Sin embargo, la vacuna no puede causar una infección por el virus contra el que lo protege.
Los científicos adquieren cada día nuevos conocimientos sobre el virus, ahora sabemos que existen diferentes variantes del virus en Europa y en todo el mundo, y que todas las versiones de la vacuna ayudan a protegerse contra la COVID-19. También sabemos que, cuantas más personas se vacunen antes podremos poner fin a está pandemia en nuestros municipios. La prevención es la mayor esperanza para salir de esta pandemia de la forma más rápida y segura posible.
Sin embargo, con tanta información disponible en los medios de comunicación, en la web y redes sociales, puede ser difícil diferenciar los hechos reales de la ficción. Por ello es importante verificar las afirmaciones que escuchamos utilizando fuentes de información acredita (especialmente por profesionales de nuestra confianza), y compartir la información científica con otros. Esto puede ayudar a tomar una decisión informada y evitar que se propague información falsa