COVID-19. Efectividad de las vacunas en pacientes trasplantados renales.

El coronavirus SARS-CoV-2 causante de la enfermedad COVID-19 ha afectado singularmente al colectivo de personas con enfermedad renal crónica, especialmente a aquellos que están en tratamiento de hemodiálisis en centro hospitalario o clinica concertada. 

Sabemos que las vacunas son una de las herramientas más eficaces para proteger la salud y prevenir enfermedades, Las vacunas actúan sobre las defensas naturales del organismo para que el cuerpo esté preparado para combatir el virus en caso de exposición, lo que también se denomina inmunidad.

Los estudios realizados y la experiencia adquirida, demuestran que las vacunas contra la COVID-19 son muy eficaces para evitar que se contraiga la enfermedad. El programa de vacunación de la población en nuestro país está demostrando que recibir una vacuna contra la COVID-19 puede ayudar a que enfermemos gravemente, incluso si se contrae la COVID-19. 

Ya sabemos que las vacunas son seguras con efectos secundarios leves (dolor e hinchazón en el brazo donde se se aplicó la inyección, fiebre, escalofríos, cansancio o dolor de cabeza en el resto del cuerpo). Esta es una señal normal de que el cuerpo está construyendo protección. También se han reportado un porcentaje muy poco significativo de  efectos secundarios graves (trombosis cerebrales), aunque algunos con resultado de muerte.

 Conocida la seguridad de las vacunas, nos debe preocupar su eficacia. Los índices de eficacia de las vacunas COVID-19 son muy altos. Sin embargo, es importante destacar que ninguna de las vacunas se probó en personas que reciben tratamiento inmunodepresor, como son los receptores de un trasplante renal. Existe preocupación por la posibilidad de que la vacuna no sea tan eficaz para prevenir la COVID-19 en las personas trasplantadas renales en comparación con la población general.

  Un reciente estudio publicado el 15 de marzo en The Journal of the American Medical Association por investigadores de la Universidad Johns Hopkins, describe la respuesta de un grupo de personas trasplantadas a dos vacunas contra COVID-19 las de Moderna y Pfizer. Los participantes en el estudio recibieron una única dosis de la vacuna.

Los resultados indicaron que a una media de 20 días después de haber recibido la vacuna, se detectaron anticuerpos en solo 76 de los 436 participantes. En otras palabras, solo el 17% de las personas vacunadas tuvieron una respuesta protectora a la vacuna. Estos resultados contratan con la solida respuesta que se observo en los ensayos de fase 3 de estas mismas vacunas, en las que el 100% de los vacunados produjo anticuerpos contra el virus al día 21 después de la vacunación.

Hasta la fecha no se conocen estudios que midan la eficacia  con las dos dosis de las vacunas, aunque se esta llevando a cabo en diferentes servicios de nefrología de hospitales españoles un estudio para conocer la eficacia de las vacunas que han recibido los pacientes renales de nuestro país.

Es importante tomar conciencia de que, aún vacunados, debemos seguir adoptando las medidas de autoprotección para evitar el contagio del virus, además de tener en cuenta que la mayoria de los médicos coinciden en que los beneficios de la vacuna para las personas con enfermedad renal crónica en cualquier etapa, las que reciben diálisis y los trasplantados son mucho mayores que el riesgo de enfermedad grave o complicaciones derivadas de la COVID-19.

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